La depresión es una enfermedad en la mayoría de casos silenciosa por la que pasan más cantidad de personas de las que creemos. Si bien hay síntomas depresivos que pueden no tratarse como depresión, son la puerta de entrada a la enfermedad y la exacerbación de los efectos secundarios graves que pueden dirigir incluso al suicidio. Esta alteración mental suele tratarse con medicación, pero el ejercicio físico ha sido mostrado como una excelente alternativa sin efectos secundarios y con gran efectividad.

El entrenamiento HIIT sobre la depresión

Los síntomas depresivos y la depresión pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, antecedentes y circunstancias. El riesgo de depresión aumenta cuando las personas enfrentan eventos vitales negativos como la pobreza, el desempleo, la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación y enfermedades físicas repentinas o prolongadas.

Sabemos muy poco sobre las formas de combatir estas emociones mentales negativas. Los medicamentos antidepresivos se usan comúnmente para tratar los síntomas depresivos, pero pueden tener efectos secundarios y recaídas asociados.

Por lo tanto, existe una necesidad urgente de un régimen preventivo y terapéutico eficaz, de acción rápida y fácilmente disponible con efectos secundarios mínimos. Esto promovería la prevención, la remisión y el tratamiento de los síntomas depresivos, así como reduciría los costos sociales asociados con la depresión.

El ejercicio se recomienda como tratamiento complementario para la depresión en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención. La actividad física regular previene y mejora la resistencia a respuestas anormales relacionadas con el estrés en la depresión, mientras que el comportamiento sedentario tiende a exacerbar los síntomas.

¿Qué dice la actualidad científica sobre la asociación entre HIIT y depresión?

Una recién publicada revisión sistemática con metanálisis pretendía esclarecer en qué medida el entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) era una forma de ejercicio eficiente para prevenir y ayudar en el tratamiento de la depresión. Este tipo de entrenamiento es muy breve, pero muy interesante por las adaptaciones similares que genera al entrenamiento continuo de larga duración en la resistencia.

Su hipótesis se basa en que la depresión se puede regular con el ejercicio al disminuir la inflamación, controlar las citoquinas proinflamatorios, la serotonina y norepinefrina y potenciar la sensación de desafío físico y mental al finalizarlo.

Aunque pudiésemos creer que la fatiga después del entrenamiento y durante el mismo socavarán a la persona, producen un crecimiento del autoconcepto, la autoeficacia y la autopercepción al ver cómo lo consigue y va progresando con el tiempo.

Eso hace que tareas de mayor intensidad como el HIIT puedan ser más interesantes en la depresión que las de menor intensidad. De todo ello sale el hallazgo de la citada revisión sistemática con metanálisis:

Nuestros hallazgos corroboran las observaciones de anteriores estudios que asocian el HIIT con una reducción en la gravedad de los síntomas depresivos en comparación con los controles sin ejercicio. En conclusión, el HIIT ejerce un efecto positivo en el alivio de los síntomas depresivos.

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Imágenes | Anthony Tran (Unsplash), Sydney Sims (Unsplash)

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