Asociamos el tabaco con daño a los pulmones y los vasos sanguíneos, pero dejamos de lado otros órganos que se debilitan al fumar, como el corazón. Cuanto más se fuma, más se debilita la función cardiaca, y por ende, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. La buena noticia es que si se deja de fumar pueden restaurarse algunas funciones. Una investigación reciente ha evaluado qué ocurre en el corazón de las personas fumadoras, y nosotros te detallamos aquí las principales conclusiones.

Fumar afecta directamente a la estructura y función del corazón

La Sociedad Europea de Cardiología (ESC por las siglas en inglés de European Society of Cardiology) informó en su congreso a finales de agosto de 2022 que fumar es más dañino para el corazón de lo que se creía. La Doctora Eva Holt, autora del estudio remarcó que fumar hace que nuestros corazones sean más gruesos, débiles y rígidos.

No es nada nuevo que fumar provoca daño en las arterias, como su bloqueo, lo que aumenta el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cardiovascular. Pero sí es significativo que los fumadores tienen un volumen más pequeño para alojar sangre en el corazón y menos capacidad para bombearla al resto del cuerpo.

Ese es el principal hallazgo del grupo de la Dra. Eva Holt al comprobar mediante una ecografía (ecocardiografía) qué aspecto tenía el corazón de diferentes fumadores de entre 20 a 99 años para compararlo con el de otros no fumadores.

Los fumadores tenían corazones más gruesos, débiles y rígidos que los no fumadores. Cuanto más fumaban, menos capacidad de bombear tenía su corazón debido al daño en la estructura y función de la cámara izquierda, la más importante de este órgano vital.

No solamente se dañan los vasos sanguíneos, fumar perjudica directamente al corazón

El estudio expuesto en el Congreso de La Sociedad Europea de Cardiología de 2022 da muestra de lo perjudicial que es el tabaquismo, ya que es capaz de modificar la estructura y función de nuestro motor, el corazón. Ya se conocía que fumar daña los vasos sanguíneos, lo que explica enfermedades como ataques cardiacos y derrame cerebral, pero ahora ya sabemos que la parte más importante del corazón también se estropea.

La buena noticia de estos hallazgos es que al dejar de fumar se puede recuperar, al menos en parte, esa función cardiaca. Los exfumadores que se sometieron a esa ecografía del corazón mostraban un mejor estado de dicho órgano que los fumadores en activo, por lo que esa recuperación es viable.

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