Lavar y pelar los boniatos con un pelaverduras. Trocear y cocer al vapor, en microondas o con agua (menos recomendable), hasta que esté muy tierno. Podemos aprovechar para cocer de más y así tener batata lista para consumir en otros platos. Cuanto más pequeño lo cortemos, más rápido se cocinará.

Dejar enfriar ligeramente y chafar con un tenedor para obtener una crema, y pesar los 120 g indicados; mezclar con el sirope de dátil si se usa. Combinar la almendra, la canela, la ralladura de limón, la sal y el lino en un recipiente. Añadir el boniato y trabajar bien hasta incorporarlo de manera homogénea. Debe quedar una masa húmeda pero no excesivamente pegajosa, que pueda separarse del bol.

Si estuviera muy seca (se rompería al intentar formar bolas), añadir un poco más de boniato, ya que depende del agua que tenga esta hortaliza. Si no añadimos el dátil también puede quedar algo más seco. Precalentar el horno a 175ºC, calor arriba y abajo y batir el huevo en un cuenco.

Formar bolitas con las manos de unos 12 g. Rebozarlas o cubrirlas con los ingredientes deseados. Para que el coco se adhiera mejor, pintar primero los panellets con huevo. Los demás hay que pintarlos después de decorarlos, con ayuda de un pincel de cocina, sin empaparlos de huevo.

Depositar en una bandeja con papel sulfurizado antiadherente y hornear durante unos 15-18 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Vigilar bien para que no se pasen, o podrían quedar muy duros. Dejar enfriar sobre una rejilla.