Lavar muy bien y secar los champiñones, asegurándonos de retirar la tierra sin romperlos. Podemos usar también las setas que más nos gusten, o una mezcla congelada, o combinar champiñones blancos con portobello, como en mi caso. Mejor de formato pequeño.

Cortar en cuartos o mitades, o dejar enteros si son pequeños. Picar las chalotas muy finas y también el diente de ajo, sin el germen. Lavar y pelar ligeramente las zanahorias, cortándolas en rodajas no muy finas.

Calentar el aceite en una cazuela y pochar las chalotas con una pizca de sal y el diente de ajo, a fuego bajo para que no se tuesten. Cuando estén tiernas, añadir las zanahorias, removiendo bien para que cojan color.

Incorporar las setas y saltear a fuego vivo durante un par de minutos. Añadir la harina tamizada, removiendo rápidamente para que no forme grumos y no quede cruda. Regar con el vino y dejar que hierva durante un par de minutos.

Echar el caldo y el tomate, remover y añadir la soja. Salpimentar ligeramente, llevar a ebullición, tapar y bajar al mínimo. Dejar cocinar a fuego lento durante unos 25-30 minutos, vigilando que no se seque demasiado.

Debe quedar** un guiso espeso y meloso**, reducido pero con para comerlo con cuchara. Comprobar el punto de sal y añadir más pimienta si fuera necesario. Servir con perejil picado.

Con qué acompañar el bourguignon vegano

Reconfortante, saciante pero ligero, este bourguignon de setas y soja texturizada pide buen pan al lado para mojar y saborear al máximo la deliciosa salsa. No necesita nada más para ser un plato que nos deje satisfechos, pero podemos convertirlo en una comida más a lo grande con buen puré de patatas casero, o algo de arroz.