Peligros de la presión arterial alta: Consecuencias de la hipertensión en tu cuerpo

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La presión arterial alta (hipertensión) puede dañar silenciosamente el cuerpo durante años antes de que se presenten síntomas. Si no se controla, puede provocar discapacidad, una calidad de vida deficiente o, incluso, un ataque cardíaco mortal. Aproximadamente la mitad de las personas con hipertensión sin tratar mueren a causa de una enfermedad cardíaca relacionada con un flujo sanguíneo deficiente (enfermedad cardíaca isquémica), y otro tercio, como resultado de un accidente cerebrovascular.
Con tratamiento y cambios en el estilo de vida, se puede ayudar a controlar la presión arterial alta para reducir el riesgo de presentar complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.
Aquí se indican las complicaciones que puede provocar la presión arterial alta cuando no se la controla de forma eficaz.

Daño a las arterias

Las arterias sanas son flexibles, fuertes y elásticas. Su revestimiento interno es suave para que la sangre circule libremente, y les suministre nutrientes y oxígeno a los tejidos y a los órganos vitales.
La hipertensión aumenta progresivamente la presión de la sangre que circula por las arterias. Como consecuencia, puedes presentar lo siguiente:
  • Arterias dañadas y estrechadas. La presión arterial alta puede dañar las células del revestimiento interno de las arterias. Cuando las grasas de la alimentación ingresan al torrente sanguíneo, se pueden acumular en las arterias dañadas. A la larga, las paredes de las arterias se vuelven menos elásticas, lo que limita el flujo sanguíneo a todo el cuerpo.
  • Aneurisma. Con el tiempo, la presión constante de la sangre en movimiento en una arteria debilitada puede provocar que una parte de su pared se agrande y forme una protrusión (aneurisma). Los aneurismas pueden romperse y causar un sangrado interno que puede poner en riesgo la vida. Los aneurismas se pueden formar en cualquier arteria del cuerpo, pero se presentan con mayor frecuencia en la arteria más grande (la aorta).

Daños en el corazón

El corazón bombea sangre a todo el cuerpo. Si no se controla, la presión arterial alta puede dañar el corazón de diferentes formas, por ejemplo:
  • Enfermedad de las arterias coronarias. La enfermedad de las arterias coronarias afecta las arterias que suministran sangre a los músculos del corazón. El estrechamiento de las arterias por la enfermedad de las arterias coronarias no permite que la sangre fluya libremente a través de las arterias. Cuando la sangre no puede fluir libremente hacia el corazón, puedes experimentar dolor en el pecho, un ataque cardíaco o ritmos cardíacos irregulares (arritmias).
  • Dilatación del ventrículo izquierdo. La presión arterial alta obliga al corazón a trabajar más de lo necesario para bombear sangre al resto del cuerpo. Esto hace que el ventrículo izquierdo se engrose y endurezca (hipertrofia ventricular izquierda). Estos cambios limitan la capacidad del ventrículo para bombear sangre al cuerpo. Esta afección aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, una insuficiencia cardíaca y una muerte cardíaca súbita.
  • Insuficiencia cardíaca. Con el tiempo, la tensión en el corazón provocada por la presión arterial alta puede debilitar los músculos del corazón y hacer que funcionen de manera menos eficiente. Finalmente, el corazón agobiado comienza a desgastarse y fallar. El daño provocado por los ataques cardíacos se suma a este problema.

Lesiones en el cerebro

Al igual que el corazón, el cerebro depende de un suministro sanguíneo nutritivo para funcionar correctamente y sobrevivir. Pero la presión arterial alta puede provocar diversos problemas, entre ellos:
  • Accidente isquémico transitorio. Un accidente isquémico transitorio, algunas veces llamado «mini accidente cerebrovascular», es una interrupción breve y temporal de la irrigación sanguínea al cerebro. En general, es causado por aterosclerosis o por un coágulo sanguíneo, los cuales pueden aparecer a partir de la presión arterial alta. Un accidente isquémico transitorio suele ser una advertencia que indica que estás en riesgo de tener un accidente cerebrovascular total.
  • Accidente cerebrovascular. Un accidente cerebrovascular ocurre cuando parte del cerebro no recibe oxígeno ni nutrientes, lo cual hace que mueran las neuronas cerebrales. La presión arterial alta sin control puede provocar un accidente cerebrovascular, ya que daña y debilita los vasos sanguíneos del cerebro y hace que se estrechen, se rompan o tengan pérdidas. La presión arterial alta también puede provocar coágulos sanguíneos en las arterias que llegan al cerebro, que bloquean el flujo sanguíneo y, potencialmente, pueden causar un accidente cerebrovascular.
  • Demencia. La demencia es una enfermedad cerebral que produce problemas con el pensamiento, el habla, el razonamiento, la memoria, la visión y el movimiento. La demencia tiene diversas causas. Una causa, la demencia vascular, puede aparecer como resultado del estrechamiento y el bloqueo de las arterias que llevan la sangre al cerebro. También puede ser el resultado de un accidente cerebrovascular causado por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro. En cualquier caso, la presión arterial alta puede ser la culpable.
  • Deterioro cognitivo leve. El deterioro cognitivo leve es una etapa de transición entre los cambios en la comprensión y la memoria que trae aparejada la edad y los problemas más graves que provoca la enfermedad de Alzheimer. Al igual que la demencia, puede ser el resultado de la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro cuando la presión arterial alta daña las arterias.

Daño a los riñones

Los riñones filtran el exceso de líquido y desechos de la sangre &mdahs; un proceso que depende de los vasos sanguíneos sanos. La presión alta puede lesionar tanto los vasos sanguíneos de tus riñones y los que van a ellos, causando varios tipos de enfermedad renal (nefropatía). Tener diabetes además de presión alta puede empeorar el daño.
  • Insuficiencia renal. La presión alta es una de las causas más comunes de la insuficiencia renal. Esto es porque puede dañar tanto las arterias grandes que van a tus riñones como los vasos pequeñísimos (glomérulos) dentro de los riñones. El daño a cualquiera de los dos causa que tus riñones no puedan filtrar los desechos de tu sangre efectivamente. Como consecuencia, se pueden acumular niveles peligrosos de líquido y de desechos. Eventualmente quizás necesites diálisis o trasplante de riñón.
  • Cicatrización en los riñones (glomerulosclerosis). La glomerulosclerosis es un tipo de daño a los riñones causado por la cicatrización de los glomérulos. Los glomérulos son pequeñísimos grupos de vasos sanguíneos dentro de los riñones que filtran líquido y desechos de la sangre. La glomerulosclerosis puede hacer que tus riñones queden incapaces de filtrar los desechos eficazmente, lo que lleva a la insuficiencia renal. Cuando aparece en una arteria que va al riñón, se conoce como aneurisma de arteria renal. Una causa potencial es la aterosclerosis, que debilita y daña la pared de las arterias. Con el tiempo, la presión alta en una arteria debilitada puede causar que una sección se agrande y forme un bulto — el aneurisma. Los aneurismas pueden romperse y causar una hemorragia interna que quizás sea fatal.

Daño a los ojos

Unos vasos sanguíneos diminutos y delicados suministran sangre a los ojos. Como otros vasos sanguíneos, estos también pueden ser dañados por la alta presión:
  • Daño a los vasos sanguíneos de los ojos (retinopatía). La alta presión puede dañar los vasos sanguíneos que llevan sangre a tu retina, causando la retinopatía. Este trastorno puede conducir a sangrado en el ojo, visión borrosa y pérdida completa de la visión. Si tienes tanto diabetes como alta presión, corres aún más riesgo.
  • Acumulación de líquido bajo la retina (coroidopatía). En este trastorno, el líquido se acumula bajo la retina porque un vaso sanguíneo en una capa de vasos ubicada bajo la retina tiene una fuga. La coroidopatía puede resultar en visión distorsionada o en algunos casos una cicatrización que afecta la visión.
  • Daño al nervio (neuropatía óptica). Este es un trastorno en que el flujo bloqueado de sangre daña el nervio óptico. Puede matar células nerviosas en los ojos, lo que quizás cause sangrado dentro del ojo o pérdida de la visión.

Disfunción sexual

Si bien la incapacidad para tener o mantener una erección (disfunción eréctil) se vuelve cada vez más frecuente en los hombres a medida que se aproximan a los 50 años, es incluso más probable que suceda si también tienen presión arterial alta. Con el tiempo, la presión arterial alta daña el revestimiento de los vasos sanguíneos y provoca que las arterias se endurezcan y estrechen (aterosclerosis), lo que limita el flujo sanguíneo. Esto significa que puede fluir menos sangre hacia el pene. Para algunos hombres, la disminución del flujo sanguíneo torna difícil lograr y mantener las erecciones (a menudo denominado «disfunción eréctil»). Este problema es bastante frecuente, en especial, en los hombres que no se tratan la presión arterial alta.
Las mujeres también pueden tener disfunción sexual como un efecto secundario de la presión arterial alta. La presión arterial alta puede reducir el flujo sanguíneo a la vagina. Para algunas mujeres, esto provoca una disminución del deseo sexual o la excitación, sequedad vaginal o dificultad para llegar al orgasmo. Mejorar la excitación y la lubricación puede ayudar. Al igual que los hombres, las mujeres pueden sufrir ansiedad y problemas en las relaciones debido a la disfunción sexual.

Otros posibles peligros de la presión arterial alta

La presión arterial alta también puede afectar otras partes del cuerpo, lo cual puede provocar problemas como los siguientes:
  • Disminución de la masa ósea. La presión arterial alta puede aumentar la cantidad de calcio en la orina. Esa eliminación excesiva de calcio puede causar pérdida de densidad ósea (osteoporosis), que, a su vez, puede provocar fracturas de huesos. El riesgo aumenta especialmente en las mujeres mayores.
  • Problemas para dormir. La apnea obstructiva del sueño —una afección en la cual los músculos de la garganta se relajan y producen ronquidos fuertes— se presenta en más de la mitad de las personas con presión arterial alta. En la actualidad, se cree que la presión arterial alta por sí sola puede desencadenar la apnea del sueño. Además, la falta de sueño que se produce por la apnea del sueño puede elevar la presión arterial.

Emergencias por presión arterial alta

En general, la presión arterial alta es una afección crónica que causa daños progresivamente a lo largo de los años. Sin embargo, a veces, la presión arterial aumenta de manera tan rápida e intensa que se convierte en una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato, a menudo con hospitalización.
En estas situaciones, la presión arterial alta puede causar lo siguiente:
  • Pérdida de la memoria, cambios en la personalidad, problemas de concentración, irritabilidad o pérdida del conocimiento progresiva
  • Accidente cerebrovascular
  • Daño grave a la arteria principal del cuerpo (disección aórtica)
  • Dolor en el pecho
  • Ataque cardíaco
  • Bombeo deficiente repentino del corazón, lo que provoca una acumulación de líquido en los pulmones que produce falta de aire (edema pulmonar)
  • Pérdida de la función renal repentina
  • Complicaciones en embarazadas (preeclampsia o eclampsia)

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